miércoles, 21 de diciembre de 2011

¿Cómo cambia la vida ganar la Lotería de Navidad?


Viajes al Caribe, coches nuevos, liquidaciones de hipoteca... los parroquianos del bar de Pallejà agraciados con el Gordo de 2010 cuentan en qué han invertido el dinero | Este año el local agotó los boletos para el sorteo en dos horas 

Un bar de origen humilde que ahora está plagado de ricos. En el Nuevo Maldonado de Pallejà (Barcelona) hoy gran parte de los que entran por su puerta son millonarios desde que el pasado 22 de diciembre de 2010 tocaran aquí 180 millones de la Lotería de Navidad. Con el dinero se han tapado agujeros, comprado pisos, coches y también satisfecho caprichos múltiples, pero también hay a quien el premio le salvó de un desahuciado seguro. No han cambiado las gentes ni tampoco la costumbre de ir al bar a jugar la partida, pero sí la creencia de que la lotería sí que toca. Ganar la Lotería de Navidad les hizo creer en el premio y por eso este año los clientes del bar reconocen que han comprado más boletos que nunca… Tanto es así que las papeletas en el Nuevo Maldonado se agotaron a las dos horas de ponerse a la venta.
Uno de los grandes protagonistas de aquella jornada, que muchos presienten que este año se va a repetir, es José Antonio Maldonado, el propietario del bar que en el sorteo del pasado 2010 repartió 180 millones de euros e hizo millonarios a gran parte de sus clientes. Para Maldonado y su familia no ha cambiado en exceso la vida: “Sigo trabajando de lunes a domingo”, explica. Aún así no niega que ahora vive “mejor” y que él y su familia se pueden dar algunos “caprichos”. Y a pesar de que el 22 de diciembre de 2010 gritaba a los cuatro vientos que todos los días iba a comer "arroz con bogavante", Maldonado reconoce no haber tomado este menú ni uno de los 364 días que han transcurrido desde que tocara el Gordo aunque no por falta de liquidez: “no he tenido tiempo”, apunta. Y ¿En qué ha empleado los cerca de 500.000 euros que le tocaron? Un piso de segunda mano que ha reformado junto con su mujer Pepi y algunos caprichos, gran parte de ellos para sus dos hijas, han sido sus grandes inversiones.

'20 euros tirados a la basura'
El hostelero recuerda la frase que hace un año espetaba a los clientes que le pedían lotería: “20 euros tirados a la basura”. Una máxima que resultó no ser cierta porque llevó dinero a unos 2.000 habitantes de Pallejà, calcula Maldonado. Este año, por motivos obvios, el hostelero ya no decía lo mismo, aunque tampoco le ha dado tiempo… los décimos del 42.330, el número que juegan para este sorteo, se agotaron apenas dos horas después de ponerse a la venta. La fiebre lotera provocó en el bar una cola “de 700 personas” y ha llevado a algunos clientes a gastar hasta 5.000 euros en boletos. Y es que son muchos los que piensan que la suerte va a volver a sonreír a Pallejà. “Hay la corazonada que algo va a tocar” explica Humberto, cliente del bar.


Millonarios jugando al dominó 
Bernardina, la camarera del bar, delata a los millonarios que no quieren revelar a los foráneos que el año pasado fueron premiados: “a todos lo que entran les ha tocado”, comenta en voz baja. El Nuevo Maldonado es ahora un bar de ricos que no han abandonado la costumbre de visitar el lugar para jugar la tradicional partida de dominó con los amigos… Los que tienen trabajo –este bar no es ajeno a la realidad social y una parte importante de los clientes que acuden están en paro- siguen trabajando aunque mucho más holgadamente y permitiéndose pequeños lujos. Alguno se ha dedicado a comprarse coches y otros se han aventurado a montar negocios.


Tres veces a Punta Cana 
El premio de la lotería le llegó como agua de mayo a Francisco García. Lleva cuatro años en el paro y en diciembre pasado se le acababa “la ayuda”. Eso fue lo que le motivó a comprar lotería. Se llevó 150.000 euros que ha repartido con parte de la familia, también se ha comprado una furgoneta “por si sale trabajo” y ha viajado tres veces a Punta Cana en lo que va de año “una de ellas invitado por otro agraciado”, puntualiza. García está separado, vive con su padre y reconoce que lo que le gusta del Caribe, a parte de “los ligues”, es el buen ambiente que encuentra. Un clima que reconoce que desde el año pasado también se respira en el Nuevo Maldonado “estamos más contentos que nada”, relata.


Salvados del desahucio 
El Gordo del año pasado no pudo ser más oportuno para Loli Isanta y su familia: su marido está en el paro y a sus padres les iban a desahuciar. Así que con el dinero del premio “yo puedo comer y tirar para adelante y mis padres tienen casa” relata. Isanta asegura que los millones no han sentado del mismo modo a todos los agraciados: “hay a quien se le ha ido la olla y otros que siguen haciendo vida normal y que nunca dirías que les ha tocado la lotería”. Antonio Mármol es uno de ellos. Tiene 67 años y está muy contento de que muchos de los agraciados del año pasado fueran, como él, gente mayor. Mármol, que por su aspecto a muchos les costaría creer que es millonario, ha invertido el importe del premio en su futuro: servirá “para que en mi vejez esté bien cuidado”. Mármol lamenta que “me podía haber tocado antes ¡que la vida es dura!” y a pesar de haberse llevado un buen pellizco reconoce que ha comparado mucha lotería “no te quiero ni decir lo que llevo”, asegura.

La chilena Bernardina Wastavino trabaja limpiando casas y por la tarde es camarera del Nuevo Maldonado. También ella se llevó un pellizquito, 70.000 euros de una papeleta que le regaló el jefe y que ha invertido en celebrar la comunión de su hija por todo lo alto, en un coche de segundo mano y en cumplir un sueño: ir a un concierto de Tom Jones. El resto lo guarda para los estudios de sus hijos. No es la primera vez que la lotería toca en Pallejà.
Los clientes del Nuevo Maldonado recuerdan que han sido varias las veces que la diosa fortuna ha pasado por el pueblo, una de las últimas ocasiones hace pocos meses: en agosto. Es tal la suerte que dicen tener que la camarera bromea “si vuelve a caer aquí algún premio vendrá el de la bruja [por el lotero de Sort] y comprará el bar”. Fuente

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