Viajes al Caribe, coches nuevos, liquidaciones de hipoteca... los parroquianos del bar de Pallejà agraciados con el Gordo de 2010 cuentan en qué han invertido el dinero | Este año el local agotó los boletos para el sorteo en dos horas
Un bar de origen humilde que ahora está plagado de ricos. En el Nuevo
Maldonado de Pallejà (Barcelona) hoy gran parte de los
que entran por su puerta son millonarios desde que el
pasado 22 de diciembre de 2010 tocaran aquí 180 millones de la Lotería de
Navidad. Con el dinero se han tapado agujeros, comprado pisos,
coches y también satisfecho caprichos múltiples, pero también hay a quien el
premio le salvó de un desahuciado seguro. No han cambiado las gentes ni tampoco
la costumbre de ir al bar a jugar la partida, pero sí la creencia de que la
lotería sí que toca. Ganar la Lotería de Navidad les hizo creer en el premio y por eso este año los
clientes del bar reconocen que han comprado más boletos que nunca… Tanto es así
que las papeletas en el Nuevo Maldonado se agotaron a las dos horas de ponerse a
la venta.
Uno de los grandes protagonistas de aquella jornada, que muchos presienten
que este año se va a repetir, es José Antonio Maldonado, el propietario del bar
que en el sorteo del pasado 2010 repartió 180 millones de euros
e hizo millonarios a gran parte de sus clientes. Para Maldonado
y su familia no ha cambiado en exceso la vida: “Sigo trabajando de lunes a
domingo”, explica. Aún así no niega que ahora vive “mejor” y que él y su familia
se pueden dar algunos “caprichos”. Y a pesar de que el 22 de diciembre de 2010
gritaba a los cuatro vientos que todos los días iba a comer "arroz con
bogavante", Maldonado reconoce no haber tomado este menú ni uno de los 364 días
que han transcurrido desde que tocara el Gordo aunque no por falta de liquidez:
“no he tenido tiempo”, apunta. Y ¿En qué ha empleado los cerca de 500.000 euros
que le tocaron? Un piso de segunda mano que ha reformado junto con su mujer Pepi
y algunos caprichos, gran parte de ellos para sus dos hijas, han sido sus
grandes inversiones.
'20 euros tirados a la basura'
El hostelero recuerda la
frase que hace un año espetaba a los clientes que le pedían lotería: “20 euros
tirados a la basura”. Una máxima que resultó no ser cierta porque llevó dinero a
unos 2.000 habitantes de Pallejà, calcula Maldonado. Este año,
por motivos obvios, el hostelero ya no decía lo mismo, aunque tampoco le ha dado
tiempo… los décimos del 42.330, el número que juegan para este sorteo, se
agotaron apenas dos horas después de ponerse a la venta. La fiebre lotera
provocó en el bar una cola “de 700 personas” y ha llevado a algunos clientes a
gastar hasta 5.000 euros en boletos. Y es que son muchos los que piensan que la
suerte va a volver a sonreír a Pallejà. “Hay la corazonada que algo va a tocar”
explica Humberto, cliente del bar.
Millonarios jugando al dominó
Bernardina, la camarera
del bar, delata a los millonarios que no quieren revelar a los foráneos que el
año pasado fueron premiados: “a todos lo que entran les ha tocado”, comenta en
voz baja. El Nuevo Maldonado es ahora un bar de ricos que no han abandonado la
costumbre de visitar el lugar para jugar la tradicional partida de dominó con
los amigos… Los que tienen trabajo –este bar no es ajeno a la realidad social y
una parte importante de los clientes que acuden están en paro- siguen trabajando
aunque mucho más holgadamente y permitiéndose pequeños lujos. Alguno se ha
dedicado a comprarse coches y otros se han aventurado a montar negocios.
Tres veces a Punta Cana
El premio de la
lotería le llegó como agua de mayo a Francisco García. Lleva
cuatro años en el paro y en diciembre pasado se le acababa “la ayuda”. Eso fue
lo que le motivó a comprar lotería. Se llevó 150.000 euros que ha repartido con
parte de la familia, también se ha comprado una furgoneta “por si sale trabajo”
y ha viajado tres veces a Punta Cana en lo que va de año “una de ellas invitado
por otro agraciado”, puntualiza. García está separado, vive con su padre y
reconoce que lo que le gusta del Caribe, a parte de “los ligues”, es el buen
ambiente que encuentra. Un clima que reconoce que desde el año pasado también se
respira en el Nuevo Maldonado “estamos más contentos que nada”, relata.
Salvados del desahucio
El Gordo del año pasado no pudo
ser más oportuno para Loli Isanta y su familia: su marido está en el paro y a
sus padres les iban a desahuciar. Así que con el dinero del premio “yo puedo
comer y tirar para adelante y mis padres tienen casa” relata. Isanta asegura que
los millones no han sentado del mismo modo a todos los agraciados: “hay a quien
se le ha ido la olla y otros que siguen haciendo vida normal y que nunca dirías
que les ha tocado la lotería”. Antonio Mármol es uno de ellos. Tiene 67 años y
está muy contento de que muchos de los agraciados del año pasado fueran, como
él, gente mayor. Mármol, que por su aspecto a muchos les costaría creer que es
millonario, ha invertido el importe del premio en su futuro:
servirá “para que en mi vejez esté bien cuidado”. Mármol lamenta que “me podía
haber tocado antes ¡que la vida es dura!” y a pesar de haberse llevado un buen
pellizco reconoce que ha comparado mucha lotería “no te quiero ni decir lo que
llevo”, asegura.
La chilena Bernardina Wastavino trabaja limpiando casas y por la tarde es
camarera del Nuevo Maldonado. También ella se llevó un pellizquito, 70.000 euros
de una papeleta que le regaló el jefe y que ha invertido en celebrar la comunión
de su hija por todo lo alto, en un coche de segundo mano y en cumplir un sueño:
ir a un concierto de Tom Jones. El resto lo guarda para los estudios de sus
hijos. No es la primera vez que la lotería toca en Pallejà.
Los clientes del Nuevo Maldonado recuerdan que han sido varias las veces que
la diosa fortuna ha pasado por el pueblo, una de las últimas ocasiones hace
pocos meses: en agosto. Es tal la suerte que dicen tener que la camarera bromea
“si vuelve a caer aquí algún premio vendrá el de la bruja [por el lotero de
Sort] y comprará el bar”. Fuente
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