Conoce todo lo que necesitas saber acerca de Hacienda en el caso de que le toque la lotería el próximo 22 de diciembre
Varios premiados celebran el último gordo en Alcorcón.
«Son los intereses que se generan (en el Gordo) los que no están exentos»
El premio de "Gordo" de la Lotería Navidad, pese a algunas creencias extendidas, está exento de pagar impuestos
y tampoco es cierto, como otros creen, que los premios del sorteo sólo estén
libres de tributos durante el primer año, según ha explicado el secretario
general de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo.
No
obstante, esto no quiere decir que, una vez conocidos los resultados de la lotería de
Navidad, los premiados no tengan que pagar más impuestos que antes del
premio. "Aunque se obtiene una renta -tras ganar un premio de la Lotería de Navidad-, esa renta se declara exenta en el IRPF y si fuera una sociedad cuyos
administradores hubieran comprado a nombre de esa sociedad una participación, si
el premio entra en la cuenta de la sociedad, tampoco tributaría en el impuesto
de sociedades", según explica a Europa Press Mollinedo.
Esto
es así no sólo en el caso del número de la Lotería de Navidad sino también para todos los premios de las loterías y apuestas organizadas
por Loterías y Apuestas del Estado y por las Comunidades
Autónomas, así como de los sorteos organizados por la Cruz Roja Española y por
la Organización Nacional de Ciegos, según la Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.
¿Hay que pagar los mismos impuestos?
No
obstante, tal y como explica el experto, esto no significa que las personas que
el próximo 22 de diciembre reciban un premio importante, tras comprobar los resultados del
Gordo, vayan a seguir pagando los mismos impuestos que antes. "En la
obtención se declara que no tributa, pero una vez que ya lo ha obtenido,
habitualmente ese dinero se suele depositar en una cuenta o se suele obtener
alguna rentabilidad de ese dinero y eso ya sí está sujeto al impuesto", señala
Mollinedo.
«Si es un premio importante irá en torno a un 40% del premio que han obtenido»
Es
decir, en el caso de que, tras comprobar los resultadosde del
«gordo», uno de los premiados deposite en una cuenta bancaria el dinero del
premio, los intereses que genere ese capital estarán sujetos al IRPF. "Son los
intereses que se generan los que no están exentos", subraya.
Estos
intereses, a diferencia de lo que ocurre con los premios que se obtienen en los
concursos de la televisión o en cualquier otra rifa, tributan a la tarifa de la renta del ahorro. Esa es la gran
ventaja de los premios de la lotería en comparación con los premios que se
pueden recibir en un concurso de la televisión, que al no estar exentos, desde
un primer momento tributan al tipo general, por lo que, "si es un premio
importante, de por ejemplo 300.000 euros, va a ir al tipo marginal
máximo, en torno a un 40 por ciento del premio que han obtenido".
«Lo comido por lo servido»
Antiguamente,
esto provocaba que en algunos casos, afortunados que se habían alzado vencedores en concursos de la televisión, y que ganaban, por
ejemplo, un coche, lo malvendían para pagar deudas y, entre el valor que había
perdido el coche al venderlo rápido y lo que Hacienda les reclamaba, que podía
ser la mitad del premio, podían quedarse sin ninguna ganancia. "Lo comido por lo
servido", según recuerda Mollinedo.
Las cadenas de televisión informan a los ganadores que su premio está sujeto a impuestos
Actualmente,
para evitar esto, las empresas grandes, como las cadenas de televisión, hacen
una retención en el origen e informan a las personas agraciadas de
que el premio está sujeto a impuestos, de manera que los ganadores ya saben con
qué parte del premio que les toque se van a quedar. "De esa manera has pagado
una parte del premio y no te llevas la sorpresa de que te falta una gran parte
por pagar", indica.
En
cuanto a los premios pequeños como los que se reparten
en rifas de pueblo o asociaciones, en teoría tampoco están exentos y deberían
tributar, pero en la práctica "no los declara nadie y tampoco se persigue porque
no tiene entidad", según reconoce el secretario general de los Técnicos del
Ministerio de Hacienda.
Fraudes en la Lotería de Navidad
Pese
a estar exentos, los décimos premiados de la Lotería de Navidad se prestan sin embargo a otros tipos de fraudes que los técnicos
del Ministerio de Hacienda se ven obligados a perseguir. Un ejemplo, es el
tráfico de billetes de loterías que históricamente se ha producido para
blanquear dinero.
A una persona que haya ganado el «gordo» se le pueden ofrecer 350.000 por el billete
El
fraude consiste en que una persona que tiene una importante cantidad de dinero
negro se pone en contacto con una entidad bancaria en la que está
depositado un billete de Lotería de Navidad que ha resultado vencedor y ofrece a
un empleado de esa entidad una importante comisión a cambio de que hable con el
propietario del billete y le ofrezca dinero por el boleto premiado, según
explica Mollinedo.
Por
ejemplo, a una persona que haya recogido premios del sorteo de Navidad, como
por ejemplo el «gordo», de 300.000 euros, se le puede llegar a ofrecer 350.000
por el billete y a la persona de la entidad bancaria que ha hecho la gestión
otros 25.000 euros de comisión. Si acepta, el propietario del billete se queda
sin cobrar el premio, pero recibe más dinero, mientras que la persona que compra
el billete ha conseguido blanquear 300.000 euros que puede justificar diciendo
que le ha tocado la lotería.
Con el «boom» inmobiliario
Este
tipo de fraudes se popularizaron con el 'boom' inmobiliario, según el técnico de
Hacienda, aunque últimamente también se han detectado algunos casos. "Pensábamos
que estaba en desuso, pero con ocasión de la Operación de Malaya, se descubrió
que a la familia de Juan Antonio Roca le había tocado nueve
premios de la Lotería y de la Once", apunta Mollinedo, quien ha indicado que "es
un caso muy reciente de personas que han utilizado ese mecanismo para ocultar
esa parte de su propiedad".
De
esta forma, el problema de justificar el dinero negro ante Hacienda pasa del
comprador a la persona que en un principio le había tocado la lotería, que no
tiene forma de explicar ante Hacienda de dónde ha salido ese dinero con el que
se ha comprado según que cosas. Fuente
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